Miraron mucho porno y acabaron hackeados

Internautas denuncian el crecimiento de tendencias criminales como el robo de usuario y contraseña, virus y la extorsión de un usuario que es chantajeado con una imagen o vídeo de sí misma, desnudo o realizando actos sexuales.

La cantidad de ciberamenazas ocultas detrás de la pornografía online aumentó durante 2018, reveló este martes una investigación sobre el segmento de consumo tan privado como masivo, que advirtió sobre el crecimiento de tendencias criminales como el robo de credenciales (usuario y contraseña), el phishing y la “s extorsión”.

La “manipulación de los resultados de búsqueda” para hacer más fácil de encontrar el malware “disfrazado” en archivos de video, así como el fuerte aumento de los ataques desde sitios de phishing, son algunos de los datos destacados en una investigación de la firma rusa de ciberseguridad Kaspersky, titulada “Amenazas a usuarios de sitios web de adultos en 2018”.

El trabajo indagó sobre los cambios en los hábitos y tácticas de los cibercriminales en una relación que no es nueva, la del malware y la pornografía digital.

“Los ciberdelincuentes están siempre buscando nuevas formas de engañar a los usuarios para robar dinero o información que permita la ganancia financiera. Como dicen por ahí, el sexo vende, y la pornografía es sólo uno de los temas que utilizan para tener éxito“, enmarcó Santiago Pontiroli, investigador de seguridad de Kaspersky Lab en Argentina.

El especialista destacó la masividad del consumo del porno online al precisar que “el 19% de los hombres argentinos admite ver contenido para adultos en la computadora de su trabajo“, según una encuesta realizado junto con la consultora de estadísticas de mercado CORPA.

Entre las nuevas tendencias los investigadores encontraron que en el último trimestre del año pasado los ataques desde sitios de phishing (de suplantación de identidad) se multiplicaron por 10 respecto de 2017, mientras que estudios anteriores sugerían que este tipo de engaño era poco frecuente en el porno.

“En el último año hemos visto un incremento del 60% en ataques de phishing a usuarios de Argentina, siendo esta forma una de las principales amenazas a la privacidad y seguridad del usuario promedio”, contextualizó Pontiroli.

El informe citó una profusión de sitios falsos que simulan ser auténticos, copias de páginas populares como pornhub.com, youporn.com, xhamster.com y xvideos.com.

A la cabeza de la lista de páginas de phishing con más accesos figuraban aquellas que simulaban ser una página de Pornhub: “Hubo 37.144 intentos de visitar la versión de phishing del sitio web”, precisa el trabajo, y advierte que el número de estas detecciones esté creciendo “puede significar que los delincuentes apenas están comenzando a explorar el tema”.

Estas versiones falsas de sitios web se enfocan en el robo de credenciales y datos de contacto de los usuarios, que luego pueden venderse o usarse en otros esquemas de fraude cibernético.

Según Pontiroli, “por un lado, los usuarios que pagan por acceso a sitios exclusivos se exponen a que sus credenciales sean robadas por los cibercriminales y luego revendidas al mayoreo. Por otro lado, los usuarios ocasionales pueden descargar malware inadvertidamente y poner en riesgo su información personal y las credenciales de acceso a sitios bancarios o de redes sociales, inclusive”.

“Este tipo de ataques se puede dar tanto en dispositivos móviles como de escritorio por lo que es necesario prestar atención a las aplicaciones que instalamos y a aquellos correos sospechosos que recibimos día a día”, aclaró.

En este sentido, la investigación citó una campaña masiva de “extorsión” de 2018, en la que los estafadores afirmaban a través de un correo electrónico que tenían mensajes personales y grabaciones de la víctima viendo pornografía. Esas cartas amenazaban a las personas y “demostraban” la supuesta legitimidad del reclamo al proporcionarles información real sobre ellas.

Otra tendencia reciente fue la de usar las etiquetas más comunes en el porno, es decir los términos que definen a las categorías (como “pornstar”“tetas grandes” o “porno adolescente”), para promover malware en los resultados de búsqueda, dado que muchos internautas suelen usar esas categorías para llegar a los videos desde el buscador.

“Las 20 (etiquetas) más populares representan el 80% de todos los programas maliciosos disfrazados de pornografía”, describió el estudio.