¿Por qué crece el fútbol femenino?

FÚTBOL FEMENINO

Para entender el crecimiento del fútbol femenino, como actividad deportiva, no se puede dejar de observar la lucha de las mujeres argentinas por la igualdad de derechos en una sociedad que conserva actitudes y normas machistas. El ejemplo más contundente es la Selección Argentina.

La albiceleste había jugado por última vez el 18 de julio de 2015, ante Colombia por los Juegos Panamericanos de Toronto. Desde ese día no practicó más, se desintegró todo, no hubo más selección, se fue el DT (Julio Olarticoechea), no hubo más jugadoras, nunca más un entrenamiento. Durante dos años y una semana el fútbol femenino argentino estuvo desaparecido. El 22 de julio de 2017 se conoció la convocatoria y el 25 del mismo mes las chicas volvieron a entrenar con un nuevo cuerpo técnico, al mando de Carlos Borrello (DT). Pero la falta de pago por parte de la AFA derivó en una decisión drástica: no entrenar más. A la medida la hicieron pública en septiembre de 2017, a través de una carta que publicaron en las redes sociales.

En la carta dirigida al ex presidente de la Comisión del Fútbol Femenino, Ricardo Pinela, las jugadoras presentaron los motivos por los que resolvieron no presentarse a entrenar. En primer lugar destacaron que “el viático por haber integrado la lista de pre-selección para la Copa América convocada por el Borrello nunca fue entregado”. También solicitaron más dinero: “Los 150 pesos por cada entrenamiento que nos han sido ofrecido no cubren los gastos ya mencionados y creemos que merece una actualización”. Las chicas hacen muchos kilómetros para ir hasta el predio de AFA en Ezeiza, pierden derechos salariales en sus trabajos y horas de estudio, todo por 150 pesos que ni siquiera eran abonados por la conducción de “Chiqui” Tapia.

Entre otras cosas, las jugadoras solicitaron tener las instalaciones básicas para los entrenamientos de un seleccionado mayor, como por ejemplo “un vestuario acorde para la cantidad de jugadoras que forman parte del plantel y una cancha de césped natural para el desarrollo de las prácticas”.

La carta seguida de paro tuvo su correlato en abril de 2018, cuando la Selección jugó en Chile la Copa América. El equipo llegó al torneo más importante de nuestro continente con apenas una semana de preparación, pero más allá de eso terminó en el tercer puesto y ganó el derecho a jugar el repechaje, que luego lo depositaría en el Mundial de Francia 2019 (en juego). La nota saliente del torneo fue la foto de la Selección antes de jugar frente a Colombia en la fase final, las futbolistas formaron para hacer la típica foto de equipo antes de comenzar un encuentro, pero todas con las manos en las orejas, en clara alusión a un pedido de visibilidad, “necesitamos ser escuchadas”, declaraban las jugadoras luego de ese partido.

La lucha logró algunos de los objetivos, fueron algo más visibilizadas por los medios de comunicación, fueron escuchadas, sus pedidos fueron atendidos y al menos en AFA, algo empezó a cambiar en el seleccionado nacional. Argentina volvió a jugar un Mundial luego de estar ausente en dos, llegó mejor preparada (en todo sentido) y en su primer partido ante Japón logró el primer punto en toda la historia de copas del mundo. Argentina está jugando su tercer Mundial, jugó 7 partidos, perdió 6 y empató el pasado 10 de junio en París.

Un paso importante

Antes de llegar a Francia, la AFA tomó nota de la lucha y los reclamos de las jugadoras y comenzó el camino de la profesionalización del fútbol femenino en Buenos Aires (estamos lejos en el resto del país). Por si alguien no lo sabe, la Selección tiene un plantel que combina amateurismo con profesionalismo, por lo tanto la lucha por conseguir buenos resultados deportivos es una tarea titánica.

La Asociación del Fútbol Argentino anunció el 16 de marzo el comienzo de la profesionalización del fútbol femenino. En una conferencia de prensa en Ezeiza, el presidente de AFA, Claudio Tapia, junto a Sergio Marchi, Secretario General de Futbolistas Argentinos Agremiados, firmaron el convenio que establece:

-Incorporar como categoría profesional del fútbol argentino a los equipos de fútbol femenino que participan de la Primera División A.

-Cada uno de estos 16 equipos deberá registrar como mínimo a 8 jugadoras.

-El sueldo básico de estas jugadoras será equivalente a las remuneraciones percibidas por los jugadores de la Primera C ($15.000 aproximadamente).

-Los clubes tendrán un plazo de 60 días para registrar a las futbolistas.

-Estos primeros contratos tendrán vigencia hasta el 30 de julio de 2020; luego podrán realizarse por un mínimo de un año y un máximo de cinco.

-Si el club descendiera, los contratos deberán mantenerse hasta la finalización de los mismos.

-Las jugadoras profesionales deberán mantener su contrato cuando cambien de equipo.

Macarena Sánchez.

Al momento de tomar la palabra, Tapia, además, agregó que la AFA aportará 120 mil pesos por mes para cada club para comenzar este proceso. También informó que hacia finales de este año o comienzo del otro se jugará una copa federal, con un formato similiar a la Copa Argentina.

Las leyes, y los cambios de normativas en general, siempre vienen motorizadas por la lucha del sector que se ve directamente afectado por su ausencia. Más claro: estas medidas jamás hubieran sido posibles sin el trabajo incansable de las mujeres del fútbol.

Aunque durante la conferencia de ese 16 de marzo no se hizo referencia a la lucha que desde hace décadas se viene dando al interior de cada equipo, de cada club, la realidad es que este logro, este ansiado primer paso, tiene en la santafesina Macarena Sánchez Jeanney una de sus grandes responsables.

¿Y en la provincia?

Santa Fe también muestra avances en el fútbol femenino. Desde sus dos principales ciudades, Rosario y Santa Fe, ambas instituciones reúnen decenas de clubes que juegan todos los fines de semana. La Asociación Rosarina tiene 16 equipos en Primera División y 23 en el Ascenso, mientras que en la Liga Santafesina juegan 7 clubes en Primera y 10 en el Ascenso. Además de los clubes participantes en Primera, también se sumó la Reserva en ambas entidades. Pero lo más importante es el trabajo que se está haciendo en diferentes “escuelitas”, ya que ahí está la base de un crecimiento real, sostenido en el tiempo, con resultados que comenzarán a verse en una década.

Además de las futbolistas que juegan en Santa Fe y en Rosario, en la provincia también rueda la pelota de las mujeres en San Javier, en Vera y Reconquista de manera no oficial (todavía no está en la órbita de sus respectivas Ligas), en la Liga Cañadense, en la Liga Deportiva del Sur, en la Liga de San Martín, en la Ocampense y desde el mes de mayo, también en la Liga Esperancina.

La muestra del crecimiento en la provincia se refleja en la Copa Santa Fe, el gobierno provincial entendió el crecimiento y apostó por el fútbol de las mujeres. El último fin de semana se coronó campeón Unión de Santa Fe, que superó en la final 2 a 0 a Rosario Central.

Con 8 equipos, dividida en zona Norte y Sur, se jugó en dos fases la primera Copa Santa Fe de Fútbol Femenino. La primera etapa del Norte se jugó en Villa Ocampo, mientras que en el Sur se llevó adelante en Cañada de Gómez. En cada una de las zonas clasificaron dos equipos y los cuatro finalistas jugaron las semifinales en el predio de la Liga Santafesina y la final y el tercer puesto en el estadio principal de Unión de Santa Fe.

Nada las detiene

Todavía falta mucho para llegar a la igualdad entre el fútbol masculino y femenino, las diferencias son enormes, desde la actitud de los dirigentes para no poner a disposición las canchas de sus clubes hasta las cuestiones mínimas de salud que necesita cualquier deportista. Pero más allá de las desigualdades, el crecimiento es imparable, la mujer ya se lanzó a jugar, y ahora sólo resta saber cómo se organiza una evolución histórica.

El paso adelante que ya dio la Selección Argentina en el Mundial nos llenará de jugadoras como Estefanía Banini, la mejor futbolista argentina que juega en el Levante de España. El paso adelante está dado y este número lo confirma: más de 90 Ligas asociadas a la AFA tienen fútbol femenino.

Por Gastón Chansard.