El Gobierno admite que los próximos dos datos de inflación serán “los más duros”

En su almuerzo de este jueves con Fernández, en el primer día de funciones como ministro de Economía, Massa le planteó al presidente que el escenario es “complejo”, más allá de que los indicadores económicos en general “son buenos”. 


Los próximos dos datos de inflación que anuncie oficialmente el Gobierno serán “los más duros” de la gestión de Alberto Fernández como presidente, aunque los indicadores vinculados con la actividad económica y con la generación de empleo “son buenos” en la actualidad, deslizaron fuentes oficiales.

Las variaciones del Índice de Precios al Consumidor (IPC) de julio y de agosto van a ser un “shock”, dijo un referente de la coalición gobernante, que señaló que para el nuevo equipo económico nacional, encabezado ahora por Sergio Massa como titular del Palacio de Hacienda, el persistente aumento del costo de vida en la Argentina obedece a diversas causas y se trata de un problema que tiene ser afrontado con una “mirada integral”.

La inflación de junio pasado ascendió a 5,3 por ciento, lo que significó una suba con relación al 5,1% de mayo, al 6,0% de abril y al ruidoso salto mensual del 6,7% registrado en marzo de este año, según las estadísticas oficiales del INDEC.

En este contexto “complejo”, según planteó el propio Massa durante su almuerzo de este jueves con el presidente Fernández, en su primer día de gestión como ministro de Economía, el Gobierno intentará lograr que en 2023 los salarios le ganen a la inflación, “o al menos empaten”.

Este viernes está previsto que el ex presidente de la Cámara de Diputados nombre a su número dos en el Palacio de Hacienda. La Casa Rosada, por otra parte, está decidida a avanzar con una revisión del esquema de subsidios a las tarifas de servicios públicos, como el gas, la electricidad y el agua, en busca de transformar en “progresivo” el actual sistema que, en Balcarce 50, consideran “regresivo”. “El 20% de la población consume lo mismo de luz que el 80% restante”, dijeron las fuentes consultadas.

Mediante la segmentación de los beneficios que otorga el Estado, en el Palacio de Hacienda esperan alcanzar una reducción del gasto público, en términos globales, de más de medio billón de pesos o casi 1 punto del PIB por año, impulsando también incentivos para que se recorte el consumo en los hogares.

De momento, el Gobierno espera ahorrarse US$640 millones en importaciones energéticas en agosto y desembolsar US$1.250 millones en lugar de los US$1.890 millones que el Estado tenía previsto, lo que significa un bálsamo, al menos ocasional, para el Banco Central en su misión de cuidar cada centavo atesorado en sus reservas en billetes estadounidenses.

Una serie de factores, incluyendo condiciones climáticas, permitieron esta situación, dijeron a Noticias Argentinas las fuentes consultadas, que indicaron también que Massa, en su encuentro de este jueves con los secretarios de Estado que integran el equipo económico nacional, pidió a esos funcionarios que planteen cinco urgencias y 10 prioridades de cada área, antes de llegar a la conclusión de que el escenario es “complejo”, lo que luego le transmitió al presidente Fernández.

Finalmente, el Gobierno insiste en que está dispuesto a cumplir con el acuerdo pactado con el Fondo Monetario Internacional (FMI), más allá de que están previstas nuevas reuniones entre las partes para el año en curso, y además considera, según pudo averiguar esta agencia, que no es momento para que Massa como ministro de Economía se exprese sobre el tipo de cambio “inestabilidad” de la que experimentaron los mercados en los últimos días.

Fuente: NA