Implantes cerebrales: la carrera por desarrollar el primer cyborg toma impulso

Ya son varias las empresas y laboratorios que probaron con éxito diferentes técnicas para comunicarse con las computadoras a través del pensamiento.

El sueño de comunicarse directamente con las computadoras a través del pensamiento está más cerca que nunca. Aunque llevarlo a la práctica todavía puede sonar como una historia de ciencia ficción, la posibilidad aparece en el horizonte de las posibilidades del ser humano.

Por ahora, la investigación sobre las interfaces cerebro-máquina (ICM) se centra en las personas con parálisis. Y la mayoría de los dispositivos se prueban en un entorno médico, aunque algunos se usan con más frecuencia en la actualidad.

Y no son pocos los laboratorios y empresas que ya han demostrado que es posible controlar diferentes tipos de programas informáticos a través del pensamiento gracias a implantes cerebrales.

Elon Musk trabaja en su proyecto para conectar el cerebro a una computadora.
Elon Musk trabaja en su proyecto para conectar el cerebro a una computadora.

Las últimas hazañas en este rubro son sorprendentes. Hagamos un repaso:

  • En Lausana, Suiza, en mayo, un holandés parapléjico logró caminar y controlar sus pasos con el pensamiento gracias a electrodos en el cerebro y la médula espinal y tecnologías de inteligencia artificial que permiten decodificar intenciones de movimiento en tiempo real.
    • Ese mismo mes, científicos estadounidenses desarrollaron un decodificador de lenguaje, que traduce el pensamiento de una persona en escritura, después de entrenar el cerebro durante largas horas en un aparato de resonancia magnética.
  • Por su parte, la start-up estadounidense Synchron tiene su apuesta en Stentrode, un stent que se inserta en el cerebro a través de la vena yugular. Este procedimiento quirúrgico se ha vuelto común para las operaciones de corazón y que no requieren abrir el cráneo.

El caso de Synchron es singular. En 2021 fue autorizada por la agencia de medicamentos de Estados Unidos, la FDA, para realizar ensayos clínicos con la tecnología del Stentrode y una docena de pacientes con enfermedad de Charcot (una parálisis muscular progresiva) ya cuentan con uno.

Una vez colocado, el Stentrode le permite al paciente usar servicios de mensajes como la plataforma Whatsapp o navegar en línea sin manos ni voz, haciendo clic con el pensamiento.

”Estamos en un punto de inflexión para las ICM”, asegura Tom Oxley, cofundador de Synchron. “Ha habido demostraciones increíbles de lo que es posible y ahora el objetivo es hacer que el proceso sea reproducible, simple y accesible para un gran número de personas”, destacó.

Con el apoyo particular de los magnates tecnológicos Jeff Bezos (Amazon) y Bill Gates (cofundador de Microsoft), Synchron recaudó 75 millones de dólares en febrero.

Los implantes cerebrales de Elon Musk

Neuralink, empresa fundada por Elon Musk, trabaja en implantes cibernéticos con el objetivo de hacer que los pacientes paralíticos vuelvan a caminar, devolver la vista a los ciegos e incluso curar enfermedades psiquiátricas como la depresión. Y también potencialmente vender su implante a aquellos que simplemente sueñan con ser cíborgs.

La postura del multimillonario es conocida: sostiene que aumentar con un implante cibernético las capacidades del cerebro permitirá que la humanidad no se vea abrumada por la inteligencia artificial. Y entre otras posibilidades, se llegó a mencionar la opción de guardar sus recuerdos en línea y cargarlos en otro cuerpo o en un robot.

En mayo, la empresa del magnate recibió luz verde de la Administración Federal de Alimentos y Medicamentos (FDA) estadounidense para probar sus implantes cerebrales en humanos.

Su implante, del tamaño de una moneda, se coloca en el cerebro mediante una cirugía realizada por un robot. Hace poco, se probó en monos, que aprendieron a jugar al videojuego Pong sin joystick ni teclado. Una experiencia similar a muchas otras, como una de 1969, cuando un investigador estadounidense, Eberhard Fetz, enseñó a un mono a mover una aguja sobre un mostrador con la mente a través de una ICM.

Fuente: TN