En el marco del funeral del papa Francisco, celebrado este sábado 26 de abril en el Vaticano, se conoció uno de los gestos más íntimos que acompañan su descanso eterno: su tumba fue construida con mármol proveniente de Liguria, la región italiana de la que eran originarios sus abuelos.
La información fue confirmada por Rolandas Makrickas, coarcipreste de la Basílica de Santa María la Mayor, quien detalló que fue un deseo explícito del pontífice. “Quería que su tumba estuviera vinculada a la piedra de Liguria, la tierra de sus abuelos”, explicó Makrickas en declaraciones recogidas por Vatican News.
La conexión del papa Francisco con Liguria es profunda: su bisabuelo Vincenzo Sívori emigró desde esa región a la Argentina en el siglo XIX, donde su hija, Regina Maria Sívori, madre de Jorge Mario Bergoglio, nació y formó su familia.
Fiel a su estilo de vida austero, el papa Francisco también solicitó que su tumba reflejara esa simplicidad. Ubicada en un lateral de la Basílica de Santa María la Mayor, el sepulcro lleva apenas la inscripción “Franciscus” y una reproducción de su cruz pectoral, sin más ornamentos ni distinciones.
Tras una emotiva ceremonia en la Plaza San Pedro, que reunió a miles de fieles y a líderes de todo el mundo para despedir al primer papa argentino de la historia, su deseo de regresar simbólicamente a las raíces familiares se materializa en esta elección cargada de significado.