En un clima de tensión política creciente, la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner reapareció este lunes por la tarde en la sede del Partido Justicialista, donde encabezó un acto en conmemoración de los fusilamientos de José León Suárez en 1956 y advirtió que su posible detención, si la Corte Suprema ratifica su condena en la causa Vialidad, “es un certificado de dignidad”.
“Mientras caminen por la calle los que endeudaron al país, estar presa es un acto de dignidad política”, afirmó frente a dirigentes del peronismo, movimientos sociales y gremios que se reunieron en una suerte de cónclave de emergencia.
En un encendido discurso, Cristina cuestionó con dureza al Gobierno y al Poder Judicial, al que acusó de buscar “desarmar y desarticular la posible organización popular y política que necesariamente se va a producir”.
La exmandataria sostuvo que su eventual encarcelamiento “no va a resolver los problemas de la gente” y denunció que se intenta repetir modelos económicos fracasados como los de Martínez de Hoz o la convertibilidad. “Este modelo tiene fecha de vencimiento, se agota”, aseguró.
También evocó el intento de asesinato que sufrió en 2022 al definirse como una “fusilada que vive” y vinculó su situación judicial con aquella agresión: “Los mentores de esta sentencia son los mismos que celebraron la bala que no salió”.
La líder del PJ, que planea postularse en las elecciones legislativas del 7 de septiembre en la provincia de Buenos Aires, podría quedar inhabilitada si la Corte confirma la sentencia de seis años de prisión e inhabilitación perpetua. Ante ese escenario, distintas centrales sindicales ya advirtieron que convocarían a un paro nacional, al que consideran una respuesta ante un intento de proscripción política.
“Los peronistas estamos acá y vamos a seguir estando”, cerró Cristina, en un acto cargado de definiciones políticas y una militancia en alerta frente a una posible resolución judicial inminente.
