La planta industrial de Vicentín en San Lorenzo volvió a operar esta semana tras un largo período de paralización, en un contexto atravesado por conflictos judiciales y económicos que pusieron en jaque su continuidad. La reactivación se dio a partir de acuerdos de producción a fasón con insumos provistos por compañías como ACA, Bunge, Viterra y Commodities.
La reanudación representa un alivio tanto para la empresa como para sus trabajadores, luego del rechazo judicial a la propuesta de acuerdo con acreedores y la apertura de un proceso de cramdown. Ese fallo generó incertidumbre en torno a la estabilidad laboral y derivó en medidas gremiales.
“Estamos en un escenario completamente distinto al de semanas atrás. El personal volvió a sus tareas con normalidad y eso es una gran señal”, destacó Daniel Succi, secretario general del Sindicato de Obreros y Empleados Aceiteros (SOEA), en relación con el regreso de la actividad en la planta.
A la par de la reactivación productiva, se destrabó el conflicto salarial: se completó el pago de los haberes adeudados correspondientes a mayo y se acordó un cronograma semanal para abonar los sueldos de junio, que se efectivizarán cada viernes.
Aunque persisten causas penales contra miembros del directorio de la empresa, la planta de San Lorenzo muestra signos de recuperación. Con operarios y personal jerárquico en funciones, Vicentín comienza a transitar una nueva etapa con cierta estabilidad operativa y laboral.