Continúa la toma en Vasalli y mañana llamarán a los accionistas

    Cuando parecía que se despejaba el futuro de la fábrica de cosechadoras Vassalli, con el nombramiento de un nuevo CEO y la ayuda del Gobierno provincial, la situación se volvió a complicar y el conflicto parece no encontrar solución.

    Ahora apareció en escena Mariana Rossi Vassalli, nieta del fundador (Don Roque), quien quiere retomar el control de la firma, luego de ceder sus acciones al grupo de concesionarios que hoy la manejan con muy poco éxito.

    La exdueña afirma que cedió tiempo atrás su participación accionaria a cambio de que la fábrica continúe trabajando y se respeten las fuentes de trabajo, mientras tanto la producción continúa parada porque los empleados afirman que siguen si cobrar.

    La fecha clave será el próximo miércoles 23, día en el que los tenedores de las acciones serían llamados por la Justicia a pedido de Rossi Vassalli. Mientras tanto, los empleados continúan con la toma de la fábrica de cosechadoras y denuncian que hace más de dos meses que no les pagan los sueldos.

    Según detallan los representantes gremiales, la empresa le debe más de $100.000 a cada uno de los 350 empleados, luego de dos meses sin cobrar y en algunos casos el retraso en el pago de haberes llega hasta los cinco meses.

    Quizás en la búsqueda de una solución, a comienzos de mayo los concesionarios que hoy manejan la empresa habían nombrado a Luis Cagliari como nuevo CEO y su rol sería salir a buscar grupos inversores en este momento tan delicado de la compañía.

    Según detallaron, la idea era profesionalizar la gestión y encausar los conflictos gremiales latentes. En este contexto, la respuesta de los empleados fue recrudecer las medidas de fuerza con cortes de rutas y denunciar el vaciamiento de la empresa.

    Antes se había achicado drásticamente el plantel de empleados y ese fue justamente el inicio del conflicto que hoy tiene a la planta paralizada.

    Así es que a esta altura la realidad es ineludible, la firma continúa con serios problemas financieros y necesita con urgencia la llegada de un grupo inversor con espalda financiera que la saque a flote. Más allá de haya conseguido una refinanciación de una deuda de $280 millones con el Banco Nación, cuenta a la fecha con cheques rechazos por más de $19 millones y desde septiembre del año pasado no abona los aportes a sus empleados.

    En el medio siguen las pujas judiciales, pero lo cierto es que una fábrica que llegó a ser emblema de la industria nacional sigue agonizando.