Cinco trabajos que inciden fuerte sobre la audición

Actividades cotidianas son motivo suficiente para que la sensibilidad del oído se vea dañada. Minimizar los chequeos y adaptarse a las dificultades son principios dañinos que tienen incidencia en lo inmediato o a futuro. Aquí la lista y sus contraindicaciones

El progreso tecnológico reconfiguró las relaciones sociales, los vínculos afectivos y, claro, el mundo del trabajo. La salud siempre estuvo en el centro del plano laboral y así como años atrás se evaluaban variables como el esfuerzo físico, hoy el estrés y el “lado B” de algunos rubros está en el centro de la escena. Tal es la situación de los empleos donde la exposición a sonidos muy fuertes puede deteriorar la calidad de vida e incluso generar hipoacusia.

Actualmente, la Organización Mundial de la Salud estima que 466 millones de personas padecen pérdida de audición discapacitante y dentro de las causas adquiridas están ciertos entornos laborales, como aquellos donde se emplea maquinaria ruidosa y se producen explosiones, teniendo en cuenta que sobrepasar la exposición a los 85 decibelios (dB) durante ocho horas o más supone un serio daño acústico. Además, la desatención de estos cuadros no sólo representa un problema para quien los padece y su círculo familiar, sino que desde el punto de vista de la salud pública tiene un costo mundial anual de 750.000 millones de dólares.

Micaela Constanzo, fonoaudióloga, enumera los 5 trabajos que afectan directamente la audición:

1) Construcción. Tanto obreros como ingenieros y supervisores de obra suelen estar en contacto permanente con maquinarias industriales muy ruidosas que pueden alcanzar hasta 130 dB. En estos lugares, no sólo se recomienda el uso estricto de máxima protección auditiva, sino hacerse chequeos médicos periódicos para identificar tempranamente eventuales signos de deterioro.

2) Aviación y automovilismo. Pilotos, azafatas y comisarios de a bordo, así como personal de pista, están expuestos a diferentes tipos y niveles de ruido que, en el caso de quienes van arriba del avión, se suman a los cambios bruscos de presión. Los trabajadores que controlan en tierra el tráfico aéreo, llegan a tolerar 140 dB durante el despegue y aterrizaje. En cuanto al automovilismo, en la cabina de un automóvil de Fórmula 1, la protección debe ser extrema, ya que el ruido supera los 135 dB.

3) Música y entretenimiento. Músicos, DJs, ingenieros de sonido, encargados de barra y personal de seguridad de boliches y bares experimentan un nivel de sonido muy elevado. Los trabajadores de las salas de videojuegos y de los cines, también entran en esta categoría. En estos sectores se desempeñan mayoritariamente jóvenes, quienes de acuerdo a la OMS conforman un universo de 1.100 millones de personas con riesgo de sufrir pérdida auditiva.

4) Docencia. Los maestros de nivel inicial, primario y medio, escuchan diariamente gritos, conversaciones en paralelo y rumoreo constante; factores que pueden afectar su audición. Tanto para ellos como para los niños, la sugerencia dentro del salón de clases es tomar medidas preventivas, por ejemplo, colocar un filtro o goma debajo de las patas de las sillas para acallar el ruido de arrastre cuando se mueven, poner alfombras alrededor del aula para absorber el sonido y cerrar la puerta para bloquear el bullicio externo.

5) Trabajadores del transporte. Quienes trabajan en el servicio de reparto, principalmente jóvenes, tienen que soportar el ruido del vehículo, así como los sonidos constantes de la calle. Todo esto llega a ocasionar niveles de sonido de hasta 103 dB. Quienes trabajan en el transporte de pasajeros, ya sea público -colectivos, subtes, trenes- así como quienes se dedican al transporte privado -taxis o remises- también están expuestos a esta contaminación sonora y al riesgo de presentar una pérdida de audición.

Diagnóstico temprano en modo preventivo

Toda persona debe realizar su consulta anual con un especialista, y particularmente si se desempeña en alguno de los rubros mencionados. “En caso que se detecte una pérdida auditiva, hay que evaluar las alternativas disponibles e iniciar tratamiento correspondiente, para evitar que el problema se agrave”, agrega Constanzo.