“Hay secretos”: la canción de Canticuénticos que ayudó a develar un caso de abuso infantil

En una clase de música, un profesor compartió el tema de Canticuénticos sobre los secretos que duelen. Una nena llevó el mensaje a su casa y una de sus hermanas logró contar que había sido abusada. El responsable fue condenado y la Jueza lo hizo escuchar el tema en la sala de audiencias.


El grupo musical infantil santafesino estrenó hace dos años una canción llamada “Hay secretos”, donde la autora, Ruth Hillar, de manera muy sutil explica que hay secretos que hacen mal y no se pueden guardar.

Un profesor de música en una escuela de Zapala en la provincia de Neuquén compartió el tema con sus alumnos en el aula. Una niña de 7 años llevó la canción a su casa y la compartió con sus hermanas. La profundidad de la letra acompañada de una suave melodía con ritmo de vidala, le permitió a una de sus hermanas contar que había sido abusada por un vecino.

El abuso se pudo poner en palabras en una familia con muchas hermanas de distintas edades, desde niñas hasta adultas. Todas compartían un momento mirando la televisión cuando desde la pantalla se habló de un tío abusador. “La mayor empieza a hablar sobre el tema y la más pequeña, muy pequeña, dice ‘yo sé que eso pasa, el profesor de música nos enseñó una canción sobre los secretos. Vamos a buscarla en el teléfono a ver cuál es’. Y la escuchan todas juntas”, contó Carolina González, la Jueza de Garantías de Zapala. “Al estar escuchando el tema, una de las hermanas –la víctima del abuso- cambia de rostro y se va, no quiere hablar. La más grande percibe que algo había pasado y le insiste hasta que le contó. A partir del develamiento de ella, otras chiquitas del barrio saben que no la dejan salir a jugar porque hubo un problema con ese señor, y dicen ‘yo también tuve ese problema. Cuando nos daba caramelos nos quería dar besos’. Así es como se devela”, relató la Jueza.

Además la Jueza, comentó que al momento de evaluar la credibilidad del relato de la denunciante, fue fundamental cómo a través de una canción, se develó el abuso.

Ese disparador fue determinante y en esta primera etapa del juicio el abusador fue considerado autor penalmente responsable del delito de abuso sexual por tres hechos, dos en forma continuada. Está pendiente la segunda etapa, el juicio de cuantificación de pena, que sería en las próximas semanas.

La importancia que tuvieron la clase de música y la canción “Hay secretos” para romper el secreto del abuso quedó plasmada en el fallo. “Puse que, en mi rol como jueza, yo no puedo simplemente decir ‘yo sí te creo’. Como jueza, tengo que decir ‘yo sí te creo’ y explicar por qué. Entonces expliqué por qué yo sí le creía: y uno de los aspectos fundamentales que valoramos para la credibilidad del relato tiene que ver con cómo se produce el develamiento (…) Fue muy importante la forma en que se dio y el disparador fue el tema musical”.

Al terminar el veredicto –en una audiencia semi presencial-, la jueza propuso compartir el tema para que lo escucharan todas las partes: “Porque el veredicto no es para mí, ni para el tribunal revisor, ni para el resto de los jueces. Es para el imputado, para la defensa, las víctimas, los ciudadanos. Y me parecía que era la mejor forma de que comprendan la sinceridad del develamiento, por lo emotivo y lo claro y lo emocionante del tema. Y como un reconocimiento a los maestros y a este grupo musical, a su autora. Porque es tan sencillo y es una herramienta preciosa”.

“Hay secretos” surgió mientras la banda infantil santafesina Canticuénticos filmaba el video de una canción de cuna, “Noni Noni”. “Estábamos tratando de recrear en imágenes ese momento bello y mágico de acunar y ser acunado, de llegar al sueño en un clima de contención y ternura. Entonces pensé que para muchas nenas y nenes, que se dormían con angustia y miedo, esto quedaba muy lejos de sus realidades. Y con esta canción no los estábamos acompañando. Creo firmemente que las canciones pueden ser instrumentos de cambio y con esa convicción compongo. En este caso, sentí que era urgente intentar una canción que fuera de ayuda para la niñeces maltratadas y abusadas”, explicó Ruth Hillar, compositora, cantante, flautista y acordeonista.

Mientras lidiaba con la dificultad para “encontrar las palabras y sonidos” para cantar sobre abusos, se contactó con ella Sabrina Medina, licenciada en Trabajo Social, responsable del Programa Integral Género Derechos y Salud de la Universidad Autónoma de Entre Ríos (UADER), quien le planteó que “casi no había arte y literatura para la infancia sobre estos temas y que necesitaban este tipo de recursos para poder trabajar en los programas de prevención”. Comenzaron a abordar juntas los datos duros y los principales ejes en los que se trabaja en prevención con niños y niñas: “El tema del secreto, de la confianza, del ofrecimiento de ayuda”.

La letra de “Hay secretos” fue y vino entre ambas hasta que el mensaje quedó redondo y musical. “Busqué un lenguaje sencillo, que pudiera referenciar sin nombrar, que comunicara mansamente, sin volver a lastimar donde duele. También pensé que debían poder escuchar y sensibilizarse con la canción las nenas y nenes que nunca pasaron ni pasarán por situaciones de abuso y maltrato. Y por supuesto, los adultos, que somos quienes debemos estar atentos, contener, ofrecer ayuda. Desde lo musical, busqué un género argentino que tuviera un carácter intimista y profundo y elegí la vidala”, detalló Hillar.

Letra de la canción:

Hay secretos chiqutitos

Que te invitan a jugar

Y hay secretos tan enormes

Que te vienen a asustar

Hay secretos livianitos

Que te llevan a volar

Y hay secretos tan pesados

Que no dejan respirar

No se tienen que guardar

Los secretos que hacen mal

No se tienen que guardar

Los secretos que hacen mal

Si no alcanzan las palabras

Para lo que hay que contar

Inventemos otro idoma

Siempre te voy a escuchar

Acá estoy

Quiero ayudarte, sé que decis la verdad

Ya no habrá que andar con miedo

Porque te voy a cuidar

No se tienen que guardar

Los…

Fuente: Tiempo Argentino