La incertidumbre de los trabajadores no cesó durante el fin de semana luego de ser notificados el viernes que el centro de salud sería cerrado.
Ivana, empleada del sanatorio, dijo en Radio EME que nunca recibieron notificación de despido, «no llegaron los telegramas«. Los 50 trabajadores del sanatorio continúan acampando en Rivadavia 3100 desde el viernes. «Ayer junto al gremio de los trabajadores de sanidad (ATSA) acordamos una rotación para seguir el acampe», expresó.
La empleada del Sagrada Familia agregó que el dueño, Esteban De Giovanni, se hizo presente con una de sus hijas pero no dio respuestas, «estamos en una incertidumbre laboral. Seguimos siendo empleados de la empresa porque no nos dieron nada».
Sin poder salir del asombro y la desesperación, la radióloga dijo que todo pasó «de un día al otro, de manera arbitraria y sin previo aviso». Entre los 50 trabajadores nadie se explica porqué se llegó a esta situación, «estamos todos muy mal y no sabemos que hacer«.
La incertidumbre domina el ambiente en la clínica, los empleados no saben qué hacer porque relata que ya comenzó febrero y «tenemos que pagar los alquileres y las cuentas«.
El viernes el Ministerio de Trabajo se hizo presente en el lugar para testificar la situación «y no se los dejó pasar», dijeron los empleados. «Fue todo muy abusivo y con amenazas. Estamos esperando una notificación de la patronal o una propuesta para saber si nos sirve o no».
Mientras el conflicto intentará destrabarse esta mañana en una audiencia en el Ministerio de Trabajo, los empleado continúan cumpliendo la jornada laboral de manera pacífica.
