En un reciente hilo en X, el abogado constitucionalista Mariano Bar expuso su análisis sobre un posible error de interpretación en la reforma de la Constitución provincial, que modificó el límite de endeudamiento permitido. Según Bar, el cambio no establece un límite nuevo, sino que ajusta el quantum de deuda permitido, lo que afecta directamente las posibilidades de endeudamiento de la provincia.
«El límite de endeudamiento siempre existió en la Constitución, lo que cambió ahora es el quantum de ese límite», explica Bar. Hasta la redacción de 1962, la Constitución permitía que el servicio de deuda (los pagos anuales de intereses) no superara un cuarto del presupuesto provincial. Sin embargo, la reforma cambió esta interpretación, y ahora lo que se limita es el total de la deuda pública, no solo el servicio de deuda. Esta modificación, señala Bar, reduce significativamente la capacidad de endeudamiento de la provincia.
Para ilustrar el cambio, Bar propone un ejemplo simple: «Si antes el presupuesto permitía una deuda de hasta 10, ahora lo que se permite es una deuda total de hasta 10», aclara. Es decir, el margen para nuevos endeudamientos se ha restringido considerablemente.
Aunque este error de interpretación podría generar dificultades para el gobierno provincial, Bar considera que es difícil que alguien reclame judicialmente por el cambio. «Para que alguien reclame, tiene que demostrar que existe un perjuicio a un derecho propio», señala. A pesar de que este error afecta al erario público, no hay personas específicas que puedan verse directamente perjudicadas por esta modificación.
El abogado también señala que, aunque esta interpretación es válida, la reforma dejó una laguna importante en el debate constitucional. «Es una lástima que no se explicitó esta modificación en el debate del pleno de la convención, porque ahora queda como algo incierto, en el aire», reflexiona Bar.
A pesar de ser un error evidente, Bar no cree que sea un caso de mala intención. «Los gobiernos están formados por personas y las personas se equivocan», dice, descartando que se trate de una estrategia política deliberada. Sin embargo, el abogado advierte sobre los peligros de flexibilizar las interpretaciones de la Constitución. «Si comenzamos a interpretar libremente los textos constitucionales, se corre el riesgo de alterar el equilibrio institucional», agrega.
Finalmente, Bar concluye que, para subsanar este error, será necesario un proceso formal de reforma constitucional. «Lo que está claro es que este error no se puede corregir sin modificar la Constitución», sentencia.
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