El Papa volvió a hablar del escándalo de abusos

Francisco volvió a reconocer que la Iglesia no supo enfrentar de forma adecuada el escándalo en el clero.

En medio del escándalo por la carta de un exnuncio que pide su renuncia por haber encubierto los abusos sexuales de un cardenal, el Papa se mostró hoy totalmente sereno durante la audiencia general de los miércoles, en la que volvió a reconocer que la Iglesia no supo enfrentar de forma adecuada el escándalo en el clero y reiteró su determinación a “perseguir con firmeza la verdad y la justicia, pudiendo así renovar la Iglesia en Irlanda y en todo el mundo”.

Lo hizo al recordar su reciente visita al país, marcada a fuego por este tema, luego de repasar los diversos eventos que protagonizó, enmarcados en el Encuentro Mundial de Familias. “Esta visita mía a Irlanda, además de la gran alegría (de las familias), debía también hacerse cargo del dolor y la amargura por los sufrimientos causados en ese país por varias formas de abusos por parte de miembros del clero y por el hecho de que las autoridades eclesiásticas en el pasado no siempre supieron enfrentar en forma adecuada estos crímenes”, dijo.

Francisco recordó especialmente su reunión con ocho víctimas el sábado pasado en la nunciatura, que le dejó “una marca profunda”. Y que en varias ocasiones de esta difícil visita de 36 horas pidió perdón.

“Varias veces, y especialmente en Knock, pedí perdón al Señor por esas acciones y pedí la intercesión de la Virgen para que conceda la gracia de la sanación a las víctimas y nos dé la fuerza para perseguir con firmeza la verdad y la justicia, pudiendo así renovar la Iglesia en Irlanda y en todo el mundo”, afirmó.

Recordó, además, que los obispos irlandeses “han comenzado un camino de purificación y reconciliación con aquellos que han sufrido abusos y que con la ayuda de las autoridades nacionales han establecido una serie de normas severas para garantizar la seguridad de los jóvenes”. En este sentido, contó que en su reunión con los obispos de Irlanda los alentó en su esfuerzo para remediar los fracasos del pasado “con honestidad y coraje”, contando con la fe del pueblo “para inaugurar un tiempo de renovación de la Iglesia de Irlanda”.

Saliéndose del texto preparado, Francisco destacó que “en Iralnda hay fe, hay gente de fe, con grandes raíces”, al mismo tiempo que lamentó que debido a ese pasado marcado por el escándalo de abusos hay pocas vocaciones. Acto seguido, pidió a los fieles reunidos en la Plaza de San Pedro rezar juntos un Ave María a la Virgen de Knock, de las que son devotos los irlandeses y cuyo santuario visitó el domingo por la mañana. “Señor Jesús, envíanos sacerdotes santos”, exhortó.

Aunque algunos diarios italianos aseguraron que “el Papa está amargado” por el revuelo creado por la carta de un exnuncio que lo señala por encubrimiento y que “no piensa dimitir”, fuentes de su entorno aseguraron que está totalmente en paz y sereno. Fiel reflejo de esto, al llegar a la Plaza de San Pedro en el papamóvil y dar vueltas entre la multitud, como siempre se detuvo varias veces para besar bebes y niños que le alcanzaban, como si nada hubiera pasado. Y apareció sonriente, ajeno al clima de intrigas e internas que volvió a sacar a flote la epístola-bomba de Carlo Maria Viganó.