Argentina tendría la segunda cosecha récord de la historia

En el 2020 ingresarían U$ S 26.300 millones al país por exportaciones de los principales granos, derivados y biodiesel.

La Bolsa de Comercio de Rosario destacó en un reciente informe que, de continuar las buenas condiciones climáticas, se proyecta que las exportaciones del complejo agroindustrial argentino generen en el año 2020 un ingreso de divisas por U$ S 26.330 millones, sumando los principales granos y productos derivados.

“Si se resta la salida de dólares por importaciones de soja, en términos netos la agroindustria argentina exportaría bienes por un total de U$ S 25.090 millones, US$ 280 millones por detrás del valor exportado en el 2019”, según el relevamiento encabezado por Federico Di Yenno y Emilce Terré.

Esto se debe al restablecimiento de las condiciones de humedad para gran parte de la principal zona productiva Argentina, lo que generó una revisión al alza de las proyecciones de producción: “Se espera ahora que la cosecha 2019/20 sea la segunda más alta en la historia del país, sólo por detrás de la del año pasado”.

Observando la evolución de la generación de divisas de los principales productos que componen la agroindustria argentina, desde la entidad rosarina concluyen que “el afianzamiento de los volúmenes de exportación que permite la segunda mayor producción de granos de la historia argentina, siempre que el clima acompañe”.

Se lograría que el ingreso de divisas de la cadena se sostenga en niveles similares al año anterior y en línea con los mejores años de la historia reciente, un aporte invaluable para la estabilidad macroeconómica argentina.

Aporte por cultivos

En el caso del trigo, cuya cosecha ya ha avanzado sobre el 99% de los lotes implantados estimándose una producción 2019/20 de 19,5 millones de toneladas, el valor de las exportaciones proyectadas para el 2020 alcanzaría 2.460 millones de dólares, casi U$ S 80 millones por encima del valor del año anterior.

Sucede que si bien aumenta el volumen del saldo exportable en el nuevo ciclo, el precio promedio anual de exportación caería de U$ S 220/t a U$ S 194 la tonelada en el nuevo ciclo, erosionando parte de esas ganancias.

Por el maíz la proyección actual de producción es de 49,5 millones de toneladas y 54 millones de toneladas para la soja y de acuerdo a los precios que hoy se esperan para los respectivos momentos de embarque, se proyecta que las exportaciones anuales de maíz podrían generar un ingreso de divisas por 5.440 millones de dólares en 2020, casi 500 millones por debajo del valor exportado el año anterior.

Con precios de exportación mayormente en línea con los vigentes el año anterior, la caída se justifica en la baja del volumen exportado a raíz de la caída en la producción desde los 51,5 millones de toneladas que se cosecharon el año pasado.

Del lado de la cadena sojera, complejo exportador líder de la economía argentina, se proyecta que para el año 2020 podría exportar poroto y productos derivados de su procesamiento por un valor total de U$ S 15.660 millones de dólares, U$ S 660 millones más que el estimado para el 2019 y U$ S 3.400 millones por encima del fatídico año 2018, cuando una severa sequía diezmó la producción sojera en Argentina.

Cambia el patrón del clima

A pesar de las grandes dificultades con la que empezó la siembra de granos gruesos, las lluvias afianzarían un escenario de alta productividad en semanas claves de la campaña gruesa, informó la BCR.

Por primera vez, desde los últimos seis meses, una tormenta se traslada de norte a sur y logra romper con el patrón del clima que se venía dando. El resultado, lluvias más generalizadas y grandes registros en zonas marginadas como La Pampa, oeste de Buenos Aires y a lo ancho del norte argentino.

Tras las lluvias, ya no habría alivio de las altas temperaturas pero para los cultivos es una gran noticia. El transporte de humedad que llega a Argentina a través de las costas del Atlántico desde el sur de Brasil y Amazonia al fin mostró ser más fuerte que la barrera que le imponían las circulaciones frías del sur de Argentina.

Si esta tendencia se fortalece, los cultivos de las distintas regiones de Argentina tienen mejores chances de recibir lluvias más frecuentes y de montos mayores.