Rosario: esperaba que su padre saliera de diálisis, le robaron el auto y lo mataron

El hombre, de 38 años, aguardaba con su madre en el vehículo. Cuatro personas los abordaron y se fueron con el rodado. La víctima quedó en el piso con un tiro en el pecho. Lo ingresaron enseguida al centro médico, pero no pudieron salvarle la vida.

Sebastián Andrés Cejas estaba dentro de su auto en la puerta del Hospital Español de Rosario esperando que saliera su padre de una práctica médica cuando en la madrugada de este martes recibió un disparo en el pecho que horas después le provocó la muerte en el mismo centro de salud, donde lo ingresaron y operaron. Los primeros relatos del hecho mencionan un aparente intento de robo del vehículo por parte de cuatro personas, quienes partieron con el rodado. Los detalles y esa hipótesis están bajo investigación. En particular, no está claro quién disparó la bala que terminó con su vida en pocas horas. La fiscal del caso ordenó secuestrar el arma de un policía que cumplía adicionales en otro centro de salud y acudió al lugar.

Sebastián Cejas tenía 38 años y aguardaba con su madre, de 68, en su Chevrolet Onix a que el padre saliera de una sesión de diálisis. Estaban estacionados por Sarmiento casi esquina Gaboto. Según los primeros datos del hecho, habían pasado 40 minutos de la medianoche de este lunes cuando fueron abordados por cuatro personas, dos de cada lado del vehículo.

Rompieron una de las ventanillas del auto, arrastraron a la madre fuera del rodado y se metieron. Los primeros indicios apuntaron a que, dentro, hubo un forcejeo mientras uno de los asaltantes tiró al aire para alejar a los taxistas que estaban a metros, esperando pasajeros. A los pocos segundos, Sebastián terminó en el piso con un balazo en el pecho. El proyectil le produjo un hemotórax izquierdo que resultó fatal: falleció a las 3 de este martes.

Ana María, su madre, relató que, efectivamente, cuatro personas los abordaron cuando estaban en el Chevrolet. El cuarteto partió con el auto por calle Sarmiento, y de allí por Corrientes hasta perderse el rastro.

Hubo otro protagonista en los hechos: un policía que hacía adicionales de seguridad en el centro médico Ipam y se acercó hasta el lugar. La fiscal Gisella Paolicelli,  cargo del caso, ordenó secuestrar su arma reglamentaria, una pistola Bersa calibre 9 milímetros. También, las medidas de rigor como la intervención de la Agencia de Investigación Criminal.