Rolando Rivas, taxista

Autor: Adolfo Barrios. El tanguero

Seguramente, los seguidores de este espacio se sorprenderán sabiendo que Rolando Rivas no es un tango.

Es verdad. No lo es, pero vamos a comentarles su estrecha relación con el tango.

“Rolando Rivas, taxista”, fue una telenovela protagonizada por Claudio García Satur, y Soledad Silveyra creada por Alberto Migré, uno de los libretistas más famosos de Argentina en las décadas del 60-80. Se emitía por Canal 13 en forma semanal, los martes a las 22:00, y fue la telenovela más exitosa de la historia de la televisión argentina y logró trascender el género con una popularidad que aún conserva, a casi 50 años de su emisión original.

El primer capítulo se emitió el 7 de marzo de 1972 y el último el 27 de diciembre de 1973.

Rolando Rivas era un porteño del barrio de Boedo, humilde y de buen corazón. Sostén de su familia con el trabajo que lograba con su querido taxi, un fiel Siam Di Tella. Estaba de novio con la chica de enfrente, la Tere, una muchacha buena, de profesión costurera, que vivía junto a su padre. Sin embargo, un día de otoño mientras Rolando giraba con su taxi, una colegiala de apenas 17 años irrumpe nerviosa y prepotente en su vehículo. Era Mónica Helguera Paz, (el personaje interpretado por Soledad Silveyra) una bella señorita dueña de una gran fortuna, pero inmensamente desdichada. Desconsolada por algo que ese día le había ocurrido, abre la puerta del coche y en plena marcha se arroja del taxi. A raíz del infortunado accidente es como Rolando y Mónica se conocen, surgiendo entre ellos una irresistible pasión, que ni la notable diferencia de clases sociales pudo borrar.

La telenovela (obviamente en blanco y negro) logró reflejar la cultura porteña argentina, el mundo de los taxistas y las relaciones familiares mediante un lenguaje coloquial, sencillo, realista que supo darle un giro al formato tradicional de las telenovelas emitidas hasta ese momento en televisión, y hasta logró captar el interés de los hombres en un género que, hasta ese entonces, parecía reservado a las mujeres.

Y pocas actividades urbanas están tan emparentadas con el tango como la de los taxistas.  Siempre han sido fervientes tangueros. Y esta telenovela contaba con dos tangos que quedaron inexorablemente ligados a su historia.

En realidad, eran un tango y una milonga.  El primero “Taxi mío”, y la milonga, con el sugerente título: “Si mi taxi hablara” ambos de autoría del comediógrafo, periodista y escritor Rodolfo Taboada, e interpretados por un buen cantor como Carlos Paiva, que les puso a ambas su marca inolvidable, interpretando con tono diferente una y otra, dándole a la milonga un tono más picaresco e irónico.

Algunos versos de esa milonga expresaban:

Vos no sabés, muchacho

lo que se aprende guiando un “tacho”.

Vos no sabés, mi viejo

lo que se juna por el espejo.

Y en otra estrofa, haciendo referencia a los pasajeros, una mención bien de época, en cuanto a los recurrentes golpes militares:

El infaltable plomazo

que te anuncia “cuartelazos”,

Y goza dándole hachazos

a este país, que es el de él.

Qué ganas dan de gritarle:

“Pichicho de una gran perra…

Si no te gusta esta tierra

andá a cantarle a Gardel”.

Y el tango, “Taxi mío” que escucharemos a continuación por Carlos Paiva, al ser la canción de apertura del programa, seguramente es más recordado entre los televidentes de la época:

Yira que te yira, a través de la ciudad,

este taxi mío, es un mundo en libertad.

Mundo que de tanto en tanto habita,

el apuro de llegar a alguna cita.

Cada pasajero, que consigo levantar,

es un libro extraño, que yo aprendo a deletrear.

Seres con su cielo y con su infierno,

con sus ganas de reír o de llorar.

Señora, señor, haga de cuenta que es martes, que son las 10 de la noche y logró reunir a su familia frente al televisor (y también a algunos vecinos que venían invitados) … y pónganse a mirar, que ya empieza… Rolando Rivas – Taxista….