¿Por qué Argentina está volviendo a ser una “carnicería del mundo”?

Un informe del Ieral de Fundación Mediterránea analiza los factores que impulsan las exportaciones de carne en Argentina y por qué hay margen aún para que sigan recuperándose.

n la primera década del Siglo XXI, Argentina llegó a estar en el podio de los exportadores mundiales de carnes bovinas. Intervenciones oficiales mediantes, el país cayó por debajo del top ten y fue superado por vecinos de menor trayectoria y tamaño, como Paraguay y Uruguay.

Desde la llegada de Cambiemos al poder, las políticas favorables a la cadena cárnica (eliminación de retenciones y ROE rojo, aprobación de reintegros) de a poco están devolviendo al país al rol protagónico histórico que tuvo en este mercado: 2017 finalizó con las mayores exportaciones de carnes y menudencias bovinas desde 2010 y enero de 2018 inició con un repunte interanual del 45 por ciento.

Panorama

Según un informe del Instituto de Estudios de la Realidad Argentina y Latinoamericana (Ieral) de Fundación Mediterránea, “un conjunto de factores sostienen este ciclo de recuperación y auge”.

Particularmente, se destacan dos: en el ámbito de las políticas oficiales, la cadena pasó de pagar impuestos cuando exportaba a cobrar reintegros, lo que implicó una importante mejora en el tipo de cambio real efectivo.

Por el lado del mercado, China ha sido el principal impulso para este renacer exportador: en 2012, sólo uno por ciento de las exportaciones argentinas de carnes iban a ese destino; desde hace un año, el gigante asiático representa casi la mitad de las toneladas enviadas al exterior.

Esto, sobre la base de precios internacionales sostenidos o crecientes para los cortes, combinados con valores locales de la hacienda estabilizados en dólares y una suba de los reintegros de exportación del cuatro al 5,8 por ciento.

Márgenes

Este contexto explica, según el Ieral, que los márgenes brutos de exportación para los frigoríficos estén en un nivel mucho más alto que los observados entre 2010 y 2015.

Y aunque la rentabilidad exportadora entre 2007 y 2009 era mayor, hay un condimento que vuelve al escenario actual mejor que el de aquel momento: en esos años, el bajo precio de la hacienda se debió a una profunda liquidación de vientres, producto de las medidas que trababan al sector (controles de precio y regulaciones sobre comercio exterior).

“Esto no se observa en el actual ciclo exportador, que se está sosteniendo con un nivel de faena de hembras más compatible con el equilibrio de largo plazo del rodeo. La cadena se encuentra generando volúmenes exportables bajo una fase de ciclo ganadero “en equilibrio”, tal como sucediera durante el período 2004-2006, con una participación de hembras en faena que no ha superado el 45 por ciento, y que, por ende, no compromete a priori el tamaño del rodeo de Vacas/vientre”, indicó el Ieral.

Proyecciones

Por todas estas razones, para los economistas Juan Manuel Garzón y Nicolás Torre, autores del documento, “hay elementos para ser optimistas respecto de la continuidad del proceso de expansión de las exportaciones en 2018”.

“Los márgenes se encuentran en un buen nivel y los factores que podrían afectarlos negativamente (una desaceleración tal de la demanda de los países de ingresos medios/bajos que hace retroceder los precios internacionales, una suba muy fuerte del precio en dólares de la hacienda local) parecen remotos o lucen hoy con baja probabilidad de ocurrencia”, resumieron.