Los científicos respaldan aplicar terceras dosis de Pfizer y AstraZeneca tras estudios que marcan la caída de anticuerpos

Especialistas británicos reclamaron tener en cuenta esa posibilidad en Reino Unido, donde aún no está autorizado. Algunos países como España, Israel y Uruguay ya avanzan en el criterio de aplicación de una tercera dosis, pero la FDA de EEUU lo desaconsejó

Mientras el debate científico continúa en torno de la necesidad o no de una tercera dosis de refuerzo de las vacunas contra el COVID-19, varios países ya se encaminan a adoptar medidas en ese sentido. La ministra de Salud de España, Carolina Darias, aseguró este viernes que es probable que decidan aplicar una tercera dosis de la vacuna para aumentar la protección ante la enfermedad, Israel anunció que seguirá ese criterio en pacientes inmunodeprimidos y una decisión similar adoptó en las últimas horas Uruguay, mientras científicos del Reino Unido respaldaron las propuestas de refuerzos en el otoño boreal, después de que los análisis de sangre en cientos de personas revelaron que los anticuerpos protectores pueden disminuir sustancialmente en las semanas posteriores a la administración de la segunda vacuna.

En países desarrollados la aparición de nuevas variantes del coronavirus, especialmente Delta, que ganó predominio desde abril pasado, y el desconocimiento de la duración de la protección de la vacuna han llevado a algunos científicos a investigar más la posibilidad de aplicar la dosis de refuerzo.

A comienzos de julio, la farmacéutica Pfizer argumentó que recientes datos obtenidos en Israel habían revelado que, comparada con la respuesta a la variante Alfa, la efectividad de la vacuna para proteger contra la enfermedad sintomática causada por la variante Delta había disminuido de más de 90% a 64%. Dijo además que en sus experimentos, una tercera dosis produjo niveles de anticuerpos neutralizantes 5 a 10 veces más altos que los que se produjeron después de la segunda dosis y planea que la tercera dosis pueda ser administrada de 6 a 12 meses después de la segunda.

Pero la controversia surgió a comienzos de julio cuando Pfizer anunció que solicitaría autorización para lanzar una dosis de refuerzo. Rápidamente, los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de EEUU (CDC, por sus sigla en inglés) y la entidad regulatoria de medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) dijeron en un comunicado conjunto que “hasta el momento, no había necesidad de una tercera dosis para la población estadounidense”.