El impacto de los plaguicidas en los alimentos, el ambiente y la salud en Argentina

Con convicción y empeño, Horacio Beldoménico trabajó en este problema durante décadas en la Universidad Nacional del Litoral. Se trata de un especialista con conocimientos profundos: Ex Profesor de la Facultad de Ingeniería Química (FIQ), Universidad Nacional del Litoral (UNL) y Director del Programa de Investigación y Análisis de Residuos y Contaminantes químicos (PRINARC – FIQ – UNL). Docente – investigador Categoría I – CONEAU.


El informe se propone complementar los contenidos vertidos por el autor, con motivo de una reunión de consulta concretada con la Mesa de Trabajo sobre Fitosanitarios de la Cámara de Diputados de la Provincia de Santa Fe. La misma contó con la participación de la presidenta y vicepresidente de la Comisión de Medio Ambiente y Recursos Naturales, Dra. Erica Hynes y Carlos Del Frade respectivamente, y otros integrantes de dicho cuerpo legislativo.

Beldoménico menciona que cabe aclarar que también ha estado motivado por un pedido de su amigo el Dr. Enrique Marchiaro, experto en derecho de Municipalidades y Comunas, quien recabó su opinión con motivo de haber transcurrido una década desde la presentación del informe sobre la toxicidad del glifosato de la Universidad Nacional del Litoral (UNL, 2010), en la cual 21 expertos de esa casa de estudios, emitieron una opinión sobre la compleja temática, a requerimiento de la justicia santafesina, que a posteriori emitió el primer fallo aplicando el principio precautorio sobre este tema en nuestra provincia y en el país .

Los plaguicidas una vez descargados en el ambiente mediante la aplicación agrotécnica correspondiente, pueden por diversas vías llegar a los seres humanos, constituyendo materia de preocupación para la salud pública. Puede decirse que la exposición aguda humana ha sido más estudiada mientras que la exposición crónica, es decir prolongada en el tiempo y sus efectos en latencia, son mucho menos conocidos. Existen consolidadas evidencias de que producen alteraciones muy variadas como genotóxicas, mutagénicas, teratogénicas, inmunitarias y otras, que pueden expresarse como asociación con cáncer, malformaciones congénitas, problemas de fertilidad y reproducción, déficit neurológicos y neurocognitivos, problemas respiratorios y alérgicos, alteraciones del sistema inmune entre otras patologías.

Los problemas y la ineficacia del sistema de gestión de agroquímicos que se aplica en el país, son viejo y recurrentes. Diversas acciones han querido aportar soluciones sin haberlo logrado. Un ejemplo fue la creación de la Comisión Nacional de Investigación sobre Agroquímicos (CNIA), mediante el Decreto presidencial 21/2009, que tenía el objetivo “investigar, prevenir, y brindar asistencia y tratamiento a las personas expuestas al uso de productos químicos y sustancias agroquímicas y con el propósito de promover la salud pública y la integridad del ambiente en todo el territorio nacional”.

Es notable que luego de transcurridos años y años, siga siendo el uso de agroquímicos, en particular el glifosato y el resto de plaguicidas que se utilizan profusamente en la agricultura desarrollada en nuestro país, un tema que continúa preocupando a nuestra sociedad. Ello habla por si solo de la complejidad del mismo, pero también evidencia la dificultad que tenemos también como sociedad para planificar en conjunto y concretar una solución consistente del problema.

 

El informe constituye una revisión de los estudios más recientes sobre los efectos de los plaguicidas utilizados en la agricultura argentina, sobre los ecosistemas naturales, aguas subterráneas y superficiales, sedimentos, suelos, aire, como así también en los alimentos que se producen y consumen en el país. También se han incluido en la revisión estudios sobre la toxicidad y peligrosidad de herbicidas y otros plaguicidas de amplio uso en Argentina, en base a experimentación en modelos animales y los efectos en humanos, refiriendo a estudios epidemiológicos de exposiciones ocupacionales y de la población en general.

Se ha prestado especial atención a los estudios realizados en el territorio argentino, especialmente los de la región central, aunque también se han considerado relevantes algunos otros estudios recientes de la literatura universal. Se ha revisado el conocimiento existente sobre los efectos en la población de zonas circundantes a los cultivos OGM.

El informe en general reúne un conjunto de sólidas evidencias respecto a los efectos negativos verificados en Argentina sobre los ecosistemas y la biodiversidad, como así también la incidencia de factores ambientales en afecciones en la salud de la población expuesta y no expuesta directamente.

Se ha constatado la presencia prácticamente ubicua del herbicida glifosato en aguas superficiales, subterráneas y de lluvia, en sedimentos, en mieles y alimentos diversos que se consumen masivamente en Argentina. Del mismo modo se ha constatado con alta frecuencia, la ocurrencia de otros plaguicidas de gran peligrosidad en una gran variedad de alimentos incluidos los destinatarios a niños de corta edad.

También se constató la tendencia verificada en muchos trabajos, respecto de la concurrencia simultánea de varios plaguicidas (2 a 11 activos) en la misma muestra, tanto ambientales como de alimentos, cereales, vegetales, piensos y alimentos infantiles.

En general la gran mayoría de los autores incluidos en la revisión concluyen recomendando la necesidad de tomar medidas de control y corrección de las situaciones observadas. Se describe también trabajos respecto a los registros de intoxicaciones, de morbimortalidad por plaguicidas, carcinogenicidad y anomalías congénitas.

Se efectúa también una revisión sobre las controversias actuales respecto a la clasificación de carcinógenos y en particular la reclasificación del herbicida glifosato. También dado el interés que existe en la definición de zonas de resguardo se describe numerosos trabajos que aportan sobre el destino de las moléculas una vez liberadas, los efectos en la salud por la cercanía de los cultivos, las que son complementadas con referencias existentes sobre los problemas de salud por la cercanía de cultivos en Argentina .

Se fundamenta así la necesidad de hacer más restrictivas las regulaciones en el caso de las interfaces urbano -rurales y los establecimientos educativos, planteándose límites de amortiguamiento, que al menos respeten una distancia de 1000 metros sin que se apliquen plaguicidas sintéticos. Asimismo, con el sentido de ir elaborando interpretaciones y recabar elementos que pueden contribuir a la solución de los problemas suscitados, se efectúan comentarios sobre el análisis de riesgo como una de las estrategias utilizadas en otros países, y de incipiente utilización en nuestro país.

También analizando nuestra situación, se informa sobre las deficiencias en los sistemas de control en curso, y la legislación vigente en el país, siendo uno de los más sin mesas el caso de aguas. Del mismo modo se constata que de los más de 430 plaguicidas autorizados en Argentina menos del 30% son controlados. Muchos de ellos, han sido discontinuados en muchos países del mundo por razones toxicológicas.

Se mencionan también las principales expresiones detectadas en nuestro país y también internacionales, provenientes de organizaciones de gran reconocimiento mundial como las Naciones Unidas , OMS, FAO, de la Unión Europea y otras instituciones, respecto a la creciente tendencia crítica mundial a la agricultura preponderante ,basada en OGMs y químicos. Al mismo tiempo se revisan las propuestas alternativas provenientes de dichos ámbitos, basadas en modelos agroecológicos, que representan una tendencia en auge global, dado las necesidades de avanzar hacia estrategias mucho mas armoniosas con la naturaleza y respetuosas del ambiente y la salud humana.

Como resultado de la revisión de la literatura científica de mayor prestigio internacional, como así también , de las numerosas expresiones que la sociedad ha efectuado mediante sus variados representantes: funcionarios públicos, jueces, organizaciones socio – ambientales, etc., se desprenden conclusiones que se pueden sintetizar de la siguiente forma:

a) No hay aún en nuestro país una adecuada conciencia respecto a que no existen “plaguicidas inocuos ” , afirmación que encabezó el informe anterior UNL de 2010.
b) La gestión del riesgo químico presenta grandes deficiencias en el país.
c) Se han sumado gran número de evidencias en el mejor nivel científico actual , sobre el impacto en la salud y el ambiente que ha producido y continúa produciendo en el país la agricultura que se ha venido aplicando desde 1996.
d) El aporte de la Ciencia argentina para estas multas, canalizado por la UNL y otras Universidades Nacionales, el CONICET, el INTA y otros importantes centros, ha sido de gran relevancia, siendo reconocido en posición muy destacada en los ámbitos científicos internacionales.
e) Las conclusiones generalizadas en la mayoría de los estudios de científicos revisados, especialmente los argentinos, recomiendan tomar medidas que protejan el ambiente y la salud de las personas , relacionándose esto directamente con realizar importantes cambios en la agricultura y la reducción del uso de plaguicidas.
f ) Existe una tendencia mundial crítica hacia el modelo de agricultura imperante en la actualidad , basada en el uso indiscriminado de OGMs y agroquímicos, y consensos importantes de organismos internacionales de gran peso global , que están planificando y concretando acciones de modificación de la agricultura hacia modelos más sustentables, con la drástica reducción o eliminación del uso de plaguicidas.
f) Se está revalorizando e impulsando a nivel global como solución alternativa las propuestas provenientes desde las ciencias agroecológicas.
g) Como consecuencia, en Argentina es necesario asumir estos desafíos y generar perentorios planes de reconversión de la agricultura hacia modelos agroecológicos más sustentables , liberados de la dependencia de agroquímicos.
h) En la transición hacia ese modelo más sustentable, nuestro país debe modificar sustancialmente su sistema de gestión de agroquímicos, con medidas que aseguren el cumplimiento de una práctica más racional de la agricultura y efectúe un seguimiento del impacto que provoca en el ambiente y la salud, mediante sistemas perfeccionados de vigilancia epidemiológica y ambiental, respaldados en conocimientos científicos genuinos y registros de salud y agronómicos mas abarcativos y consistentes.
I) Para contribuir a la concreción en el más breve tiempo de estas metas, se requieren modificaciones en la legislación existente y probablemente la creación de estructuras administrativas que puedan asegurar el equilibrio entre las tensiones de la sociedad, motivadas por los derechos y las necesidades de la producción, de la salud y del medioambiente. Del mismo modo se debe apelar a las medidas precautorias cuando las situaciones lo requieran. En función de las observaciones y resultados de la revisión, se comparten en el capítulo final de este informe, un conjunto de recomendaciones que pueden ser de utilidad para la toma de decisiones futuras.

Los estudios y evidencias que la ciencia argentina ha venido aportando respecto a los efectos producidos por la agricultura en los últimos años, en base a lo que estamos afirmando deben ser tenidos rigurosamente en cuenta. Lo que se denomina actualmente externalidades respecto a la aplicación de modelo agronómico mayoritario vigente, no hacen otra cosa que marcar aspectos que no se pueden soslayar, asumiendo aquellos principios básicos de pretender la armonización entre el desarrollo económico, la preservación del ambiente y el bienestar de las personas.

Sería deseable que todos estos aspectos resumidos y marcados detalladamente por Beldoménico sean contemplados en legislación, que pueda asegurar una eficaz concreción. En la transición hacia una agricultura más sustentable, es deseable también que se establezcan planes concretos, con metas temporales para la reducción del uso de agroquímicos, y otros pasos cuantificables de la transición. Para esta transformación deberá disponerse de recursos económicos, que podrán provenir Estado, de la propia renta agropecuaria, y del esfuerzo público-privado comprometido con esta importante meta para el país.