Iñaki Urdangarin, el cuñado del rey de España condenado por corrupción, ingresó en prisión

El marido de la infanta Cristina, exjugador de la selección de handball de ese país, debe cumplir una condena de cinco años y 10 meses de cárcel.

Iñaki Urdangarin, cuñado del rey de España Felipe VI condenado recientemente a 5 años y 10 meses de cárcel por un caso de corrupción, ingresó este lunes de mañana en la cárcel, indicó a AFP una fuente de la administración penitenciaria.

El marido de la infanta Cristina de Borbón, hermana de Felipe, ingresó en la cárcel de la localidad de Brieva, a 108 kilómetros al norte del Madrid, sobre las 8 de la mañana, hora local (3 de la madrugada en la Argentina), precisó un portavoz.

Tal y como establece el protocolo habitual, tras su entrada en la cárcel de Brieva será examinado por un equipo médico y psicológico y a partir de entonces se abrirá un plazo máximo de dos meses para decidir su situación penitenciaria.

Es la primera vez en la historia moderna de España que un pariente de un monarca entra en la cárcel, tras un mediático proceso judicial que ha durado doce años.

El miércoles le habían concedido un plazo de cinco días para elegir la prisión en la que cumplirá su pena. Según los medios españoles, la elección final se debe a la cercanía con Madrid, lo que le permitirá a la infanta visitarlo tras un breve traslado desde el aeropuerto de la capital (ella vive en Ginebra, Suiza).

El lunes pasado, el Tribunal Supremo respondió a la apelación interpuesta por Urdangarin, de 50 años, sobre el resultado del juicio llevado a cabo en 2016 y que golpeó fuerte a la Realeza española.

Si bien lo absolvieron del delito de falsificación de documentos y rebajaron su condena de prisión en diez meses, la pena se estableció en cinco años y 10 meses, por lo que la cárcel fue un final inevitable.

Los cargos por los que se lo encontraron culpable son fraude y evasión fiscal, malversación de fondos públicos, abuso de poder, fraude, evasión fiscal y tráfico de influencias.

El tribunal inferior, en Palma de Mallorca, condenó a Urdangarin en un mediático juicio de 2016 que despertó un gran interés en España y que incluyó una declaración de la infanta ante la corte. Fue la primera vez que un miembro de la familia real iba a juicio desde la restauración de la monarquía en 1975.

En el llamado caso Nóos, Urdangarin estaba acusado de malversar unos 6 millones de euros (7 millones de dólares) de fondos públicos. El tribunal concluyó que Urdangarin y su socio, Diego Torres, aprovecharon la posición privilegiada del entonces duque de Palma para obtener contratos públicos relacionados con eventos deportivos.

El Supremo también mantuvo parte de la multa a Cristina por beneficiarse de los delitos de su esposo. En un principio se la había condenado a pagar 265.000 euros, que quedaron en 136.950 euros (161.500 dólares) después de que el Supremo mantuviera su responsabilidad por los delitos de malversación y fraude, pero no de los fiscales.

Urdangarin se casó con la infanta Cristina de Borbón en octubre de 1997, cuando todavía se desempeñaba como jugador de handball. En esa función fue una figura de Barcelona y participó con la selección española en tres Juegos Olímpicos (quinto en Barcelona 1992 y medallista de bronce en Atlanta 1996 y Sidney 2000). Además, disputó tres Mundiales: Suecia 1993, Japón 1997 y Egipto 1999.

Después de retirarse de la actividad como jugador, pasó a ocupar cargos en la dirigencia deportiva de ese país. Llegó a ser vicepresidente del Comité Olímpico español, entre 2004 y 2005.

Luego profundizó su trabajo empresarial en el Instituto Nóos. De esa época data la investigación, en principio por desvío de fondos públicos.

El “caso Nóos” supuso a partir de 2010 un golpe para el entonces rey Juan Carlos I, quien abdicó cuatro años después en su hijo Felipe. Con la llegada del nuevo monarca, tanto Cristina como su hermana Elena quedaron fuera del núcleo de la familia real española.