Cada dos minutos, un niño se contagia bronquiolitis

Fueron más de 230 mil casos durante 2018, según cifras oficiales; Especialistas lo calificaron como “un problema de salud pública”, ya que la enfermedad es la primera causa de muerte en chicos de menos de 1 año

Durante el último año se detectaron más de 230 mil casos de bronquiolitis en chicos de menos de dos años, lo que significa que contraen esa enfermedad cada dos minutos, de acuerdo a las últimas estadísticas divulgadas por el Ministerio de Salud y Desarrollo Social de la Nación. Especialistas de la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP) precisaron que esa cifra representa “un verdadero problema de salud pública” ante la llegada del frío, ya que la temporada más peligrosa para el contagio es justamente entre este mes y agosto.

Los datos surgen del Área de Vigilancia de la Dirección Nacional de Epidemiología y Análisis de Situaciones de Salud, que detallaron que hasta la semana 47 del año pasado se habían reportado 230.608 casos en menores de 2 años, es decir que se reportaron a un ritmo de 631,8 por día.

“La magnitud de esas cifras y la cantidad de internaciones por esa causa, que afecta fundamentalmente a los lactantes, representa un verdadero problema de salud pública y exige estar alertas ante la aparición de los primeros síntomas”, afirmó Florencia Lución, integrante de la Subcomisión de Epidemiología de la SAP.

El agente infeccioso más común que causa bronquiolitis, principal enfermedad respiratoria en chicos de hasta 2 años y primera causa de muerte en menores de 12 meses, es el virus sincicial respiratorio (VSR) y, con menor frecuencia, otros como influenza (virus de la gripe) parainfluenza, adenovirus y metapneumovirus.

La patología no tiene en la actualidad tratamiento específico ni vacuna, y la única intervención aprobada es la administración de un anticuerpo de alto costo dirigido a una población muy específica (niños prematuros y con cardiopatías de alto riesgo).

En la Argentina, el pico anual de la enfermedad se produce entre mayo y agosto. Generalmente comienza con un resfrío y a los dos o tres días presenta síntomas como sibilancias, fatiga, fiebre o hundimiento del tórax al respirar.

“Las infecciones respiratorias en general y las bronquiolitis en particular se repiten año tras año pero con un marcado incremento en la época invernal, sobre todo en los meses de junio y julio y en menor medida, aunque también con mucha concentración de casos, en mayo y agosto”, precisó la pediatra Viviana Aguirre, miembro de la misma subcomisión de la SAP.

Otros factores que aumentan el riesgo de contraer bronquiolitis son la exposición al humo del cigarrillo, la falta de lactancia materna o de vacunación y el hacinamiento. “El impacto de las condiciones ambientales en el riesgo de desarrollar bronquiolitis es considerable una vez que el recién nacido es dado de alta del hospital y entra a la comunidad”, alertó por su parte Graciela Muñecas, vocal titular del Comité de Pediatría Social de la SAP.

Por eso es “fundamental” destacar las medidas que disminuyen el riesgo de contraer la infección, como “estimular la lactancia materna, evitar la exposición al tabaquismo y el contacto con personas enfermas, estimular la rutina de lavado de manos con agua y jabón y desinfectar las superficies y objetos como juguetes o picaportes”, detalló la pediatra neumonóloga y miembro de la SAP, Gisela Martinchuk Migliazza.

“También es fundamental que el niño haya recibido las vacunas correspondientes a la edad de acuerdo con el calendario nacional, ya que hay muchas que protegen contra agentes productores de infecciones respiratorias agudas, como las antipertussis, antisarampionosa, anti-Haemophilus influenza b, antineumocócica y antigripal”, completó Leonardo De Lillo, secretario del Comité de Medicina Interna de esa entidad.

Incluso, a fines de abril la Fundación Infant, una ONG creada por médicos argentinos que estudia las causas de enfermedades respiratorias en chicos, anunció que algunos de sus miembros están participando de una investigación internacional para desarrollar una vacuna contra la bronquiolitis, que “se aplicaría a las madres para que pasen los anticuerpos a sus hijos por vía placentaria”.