Espionaje: las tribus del PJ optan por el silencio ante una causa resbaladiza

Tras la jugada del gobernador Perotti de que la provincia sea querellante la mayoría de los dirigentes prefieren el perfil bajo, pero advierten que “le da entidad” al expediente

Tras la decisión de Omar Perotti de que la provincia se presente como querellante en la causa sobre espionaje que tiene a Marcelo Sain de vuelta en el centro de la polémica, las tribus del PJ santafesino optan por el silencio público ante un expediente en el que, deslizan, “nadie sabe dónde está parado”.

La excepción fue la diputada provincial Matilde Bruera, integrante del espacio político de María Eugenia Bielsa. En diálogo con LT8, la ex defensora de la Cámara Federal de Casación Penal se pronunció a favor de la inocencia del ex ministro de Seguridad. “Tengo una posición jurídica: la inocencia es de cualquier persona que no fue condenada ni imputada. Si hubo actividades reñidas con la ley, habrá que investigar y determinar”, indicó.

Otros tiempos. Ahora Sain cuestiona la falta de respaldo del gobierno de Perotti.
Espionaje ilegal: la provincia pide ser querellante en la causa que apunta a Sain
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Esa es justamente la tarea de los fiscales Ezequiel Hernández y Mariela Jiménez, a cargo de la investigación por supuesta inteligencia ilegal contra políticos, periodistas y empresarios. Los abogados de los ex funcionarios de Seguridad denuncian que los funcionarios del Ministerio Público de la Acusación (MPA) “salieron de pesca” y no mostraron ninguna evidencia de espionaje.

En la misma línea, Bruera expresó: “El allanamiento (a Seguridad) fue irregular. Y llama la atención que, más allá de lo que trascendió periodísticamente, no se conozca qué es lo que encontraron y si es ilegal”.

Y agregó: “Hasta ahora, más allá de ese allanamiento y atropello ilegal contra el ex ministro y empleados de Seguridad, no se sabe nada. Hay que esperar la formación de una causa penal”.

La instrucción del gobernador al Fiscal de Estado de Santa Fe, Rubén Weder, para que la provincia sea querellante en una causa que seguirá sacudiendo la escena política santafesina por bastante tiempo más repercutió en los distintos campamentos peronistas.

Desde el corazón del Ejecutivo aseguran que el objetivo es conocer de primera mano un expediente “muy cruzado por la política” y abortar maniobras non sanctas de actores judiciales con vínculos fluidos con la oposición.

A comienzos de enero, el ex ministro de Seguridad Maximiliano Pullaro y el ex funcionario provincial Pablo Cococcioni se presentaron en la Justicia para se les informe si efectivamente existe información recabada irregularmente por el Ministerio de Seguridad y, en ese caso, se le otorgue acceso a toda la información y que se informe la identidad de las personas señaladas como autores y partícipes y su situación procesal.

“Es todo muy raro: la oposición tenía las listas al día siguiente del allanamiento, la imputativa se demora y nadie te sabe decir si efectivamente hay algo ilegal”, dice un dirigente de una organización nacional del peronismo.

La diputada Matilde Bruera sostiene que el allanamiento al ministerio de Seguridad “fue irregular”

Interpretaciones
Otro dirigente de peso en la galaxia del PJ santafesino pero que no orbita en el anillo más cercano del gobernador interpreta que con la jugada Perotti busca al menos dos objetivos. “Por un lado, trata de apurar la investigación judicial, y abrir una causa que hasta acá tuvo más de rumor periodístico que otra cosa, y, por el otro, intenta despejar cualquier tipo de duda y plantear que el gobierno no tiene nada que ver”, analiza.

Sin embargo, muchos no terminan de decodificar la movida. Sobre todo, porque después del shock inicial desde noviembre el gobierno provincial alternó entre el silencio y la denuncia de la operación política. “Le terminás dando entidad a la causa, sumás confusión”, dice un dirigente. “En lugar de que la causa siga su curso y quizás se diluya, la ponés en el centro de la discusión”, apunta otro.

También les resulta al menos extraño que el gobierno sea querellante en una causa donde la lupa está puesta sobre un ministerio de la propia gestión. Por ahora, todos prefieren el perfil bajo y que eventualmente sea la Casa Gris la que fije tanto los voceros como la posición política. Sobre todo, si no aparecen pruebas judiciales contundentes. Hasta entonces, surfearán la ola.

Reclamos
Eso sí: a nadie le pasó desapercibido que Perotti movió su ficha una semana después de que Sain reprochara a al mandatario falta de apoyo en las malas. “En Santa Fe, también quien conduce tiene que bancar, particularmente a aquellos que se jugaron el cuero y el trabajo por una gestión de gobierno acordada explícitamente”, escribió en Twitter el también ex director del Organismo de Investigaciones.

Nadie se anima a hablar de una guerra abierta entre Perotti y Sain, pero son varios los que lamentan el protagonismo del ex ministro, que se extendió mucho más allá de su área formal en el gabinete.

“En el primer año de gobierno Sain fue un superministro, intervino en todo el escenario político, sobre todo la interna del peronismo, transformando relaciones políticas”, dicen desde una orga del PJ.

Y agregan: “Se generó un montón de daño, pero sin objetivo claro, sin estrategia ni conducción”.