Piden flexibilizar el uso del barbijo en las escuelas

El Concejo Municipal aprobó el proyecto presentado por Carlos Pereira, Chuchi Molina e Inés Larriera (Juntos por el Cambio) para solicitar a los ministerios provinciales de Educación y de Salud que se establezca la no obligatoriedad en el uso de los barbijos en los alumnos de todos los niveles. 


En la última sesión del Concejo Municipal se aprobó un proyecto presentado por los ediles de Juntos por el Cambio (Carlos Pereira, Chuchi Molina e Inés Larriera), y también una inciativa de Paco Garibaldi (Frente Progresista), para flexibilizar las medidas de restricción por el COVID-19 en el sistema educativo provincial en relación al uso del barbijo.

En ese sentido, en el proyecto elaborado por JxC se solicita a los ministerios de Educación y de Salud de la Provincia que “conforme las nuevas directivas emanadas desde los Ministerios de Salud y Educación de la Nación, se establezca la no obligatoriedad en el uso de los barbijos en los alumnos de todos los niveles: inicial, primario, secundario, terciario y modalidad especial”.

Como se sabe, diversas organizaciones de docentes (como Docentes por la Educación) o de padres (como Padres Organizados) vienen, desde el mismo inicio del ciclo lectivo, solicitando la eliminación del barbijo, por lo menos, en los primeros años del ciclo inicial, tal cual ya lo había dispuesto la Ciudad de Buenos Aires, que ahora avanzó hacia la eliminación en todos los niveles. También Neuquén y Tierra del Fuego eliminaron la obligaoriedad de uso del barbijo en las escuelas.

En los fundamentos del proyecto, los ediles de JxC expresaron que la vida social, aún transitando la pandemia del COVID-19, ha vuelto a la normalidad en casi todos los aspectos de nuestra convivencia; y junto a este proceso se han venido “relajando” casi todas las medidas de restricciones que se vinieron imponiendo a lo largo de estos últimos dos años.

“Vemos que medidas como el distanciamiento social o el uso del barbijo han venido siendo dejadas de la lado y los ejemplos más claros se han dado estos últimos días, donde se han realizado en todo el país partidos de fútbol “clásicos”, con decenas de miles de personas amontonadas, y recitales que han congregado a 100.000 asistentes, y en ningún caso se ha solicitado el uso del barbijo”, señalaron Carlos Pereira, Chuchi Molina e Inés Pereira.

Sin embargo, destacan que “nuestros niñas, niños y jóvenes aún son obligados a concurrir con barbijos a los establecimientos educativos. Y son precisamente las escuelas, los espacios públicos en donde más fácil resulta realizar un seguimiento en el caso de posibles contagios: los docentes pueden garantizar diversas medidas de cuidado, es fácilmente identificable los contactos cercanos ante un alumno o alumna contagiada, se puede realizar hasta un seguimiento personalizado de las situaciones”.

Los ediles manifestaron también que “en el extremo de estos ámbitos “cuidados” que son los establecimientos escolares, se encuentran las aglomeraciones deportivas y culturales con la presencia de decenas de miles de personas o discotecas bailables con cientos. Lo paradójico y absurdo es que en los establecimientos escolares con no más de 30 personas por cursos se pide el barbijo, y en las grandes aglomeraciones no”, enfatizaron.

Importancia

En los fundamentos, los concejales de Juntos por el Cambio recordaron que muchas y muchos educadores han manifestado reiteradamente que el uso del barbijo “es una barrera que dificulta la comunicación y hace más difícil el acceso a la lectoescritura y a la comunicación entre pares y también con sus maestras”. En ese sentido, expresaron que “las investigaciones muestran que ya en una edad temprana, los niños aprenden sobre el habla, el lenguaje y las interacciones sociales al mirar una cara, lo que nos lleva a plantear preocupaciones sobre lo que le sucede a la generación más joven cuando esas señales se desvanecen”. Así, “el uso de los barbijos resulta contraproducentes en menores, ya que afectan la capacidad de lectura y de comunicación de los niños, oculta el rostro, impidiendo el reconocimiento de las caras, tanto de los docentes como así también de los compañeros. El niño no puede saber si el otro está enojado, contento o triste, generando una barrera de comunicación corporal y oral”.

Finalmente, apuntan que desde el Ministerio de Educación de la Nación “en estos días se ha autorizado a las jurisdicciones a avanzar en la disposición de la no obligatoriedad del barbijo. Y por eso remarcan “indispensable que Santa Fe avance en la misma dirección y, tomando como base la condición epidemiológica de la provincia, se establezca que el uso del barbijo dentro de las aulas sea de forma optativa”.

Escuchá la palabra de Carlos Pereira: